En medio de crisis o problemas, puede ser que se nos haga difícil mantener la confianza y esperar en Dios. Pero aún así, el Señor nos insiste en que pongamos nuestra mirada en Él. En la vida habrá tormentas, pero tarde o temprano, saldrá el Sol. Dios tiene todo bajo control.
Si usted ha pasado muchas horas en el aire, como yo, mirando hacia fuera desde su asiento en un avión, quizá comprenda por qué sentí que no era casualidad cuando abrí mi Biblia durante un vuelo y leí ese glorioso pasaje de Job 37:16: "¿Has conocido tú las diferencias de las nubes, las maravillas del Perfecto en sabiduría?"
Algunas veces estas nubes pueden estar llenas de lluvia, pero qué consuelo es saber que ninguna mano extraña ha velado nuestro cielo. ¡Lo más maravilloso del mundo, la seguridad más grande que un ser humano puede experimentar, es saber que, ya sea que estemos atravesando oscuras nubes y nuestro día sea oscuro, ya sea que caiga lluvia o brille el Sol, sin importar circunstancias o condiciones que debamos enfrentar, ninguna mano extraña ha velado nuestro cielo!
Sí, el cielo puede estar lleno de sombras, pero esas sombras se han reunido por voluntad de Aquel en el que confiamos. Si usted es hijo de Dios, si vive en el centro de su voluntad, si le ha entregado a Él su cuerpo, alma y espíritu, si su consagración ha llegado a tal punto que literalmente no tiene voluntad propia y ha entregado completamente su vida y su voluntad a Él y es guiado por su mano, entonces no ha sufrido ni sufrirá en el futuro ningún dolor que no sea por designio de Dios y para el cumplimiento de su misericordioso propósito.
Algunas veces somos demasiado ciegos, demasiado débiles para comprender las diferencias de las nubes y las maravillas de Aquel que es perfecto en sabiduría. Pero sabemos que su nombre es amor, y detrás de todo el misterio está la luz que no cambia.
Cuando enfrentamos los cambios de las nubes, es por la obra maravillosa de Aquel que es perfecto en conocimiento y perfecto en sabiduría. No siempre podemos comprenderlo, pero hace mucho tiempo descubrí algo: las más duras pruebas convierten a los cristianos comunes en santos extraordinarios, y los preparan para ser usados en un servicio extraordinario.
No importa quién es usted. Quizá crea que es la persona más común del mundo; pero Dios puede tomar esa vida suya y convertirla en una de las más hermosas, y hacer de usted un santo "poco común".
Y cuando Él lo haya convertido en un santo poco común, lo utilizará en un servicio poco común. Yo digo una y otra vez: "Dios no usa vasos de oro o plata, sino vasos rendidos a Él". Y algunas veces, cuando esas nubes son oscuras y grandes, y se acerca la tormenta, quizá no sea lo más fácil continuar entregados a Aquel que tiene conocimiento perfecto; pero debemos confiar en Él con confianza perfecta.
Quizá esta analogía le ayude a comprender lo que trato de decir.
Tengo algunas plantas en mi patio, y hay entre ellas una que es especialmente hermosa. La he visto dar pimpollos y la he visto florecer. Entonces llegaron las lluvias y la tormenta, y esas flores tan hermosas repentinamente se vieron aplastadas por la cruel tormenta. Parecía que toda su gloria y toda su belleza habían desaparecido. Pasó la noche, llegó la mañana, y el Sol derramó toda su luz y su fuerza sobre la flor. Cuando volví a mirarla, su cabeza estaba erguida una vez más y sus pétalos, abiertos. No solo había recobrado su gloria, sino que parecía más hermosa que antes.
Este frágil capullo, al entrar en contacto con la feroz tormenta, había parecido vencido. Pero cuando entró en contacto con una fuerza más potente que la de la tormenta, recibió fortaleza, y su belleza no solo fue restaurada, sino que fue mayor.
Puedo decirle algo, y le jugaría la vida en ello: no tenemos por qué ser derrotados en nada, si estamos en contacto con el Espíritu Santo, no importa lo terrible que sea la tormenta o la densidad o la oscuridad de las nubes que deba atravesar.
Usted y yo no podemos vivir ni conocer la victoria si no estamos en comunión con el Espíritu Santo. Él es el secreto de nuestra fortaleza y de nuestra victoria. Pablo no podría hacer vivido en victoria, no podría haber sobrevivido a las tormentas que amenazaban su vida, no podría haber atravesado las pruebas en triunfo, si no hubiera sido por el poder del Espíritu Santo.
"¿Has conocido tú las diferencias de las nubes?" Nunca es un gozo ilimitado. Pero hay personas que piensan que la vida debería ser un placer constante; cada día, un glorioso picnic. Si usted es parte de la humanidad, habrá dolores y decepciones. Habrá tragedias. Pero Dios se ocupa de que las nubes cambien. Y así como habrá nubes, también habrá Sol, y siempre podemos confiar en que Dios sabrá cambiar las nubes, porque Él es perfecto en conocimiento.
Su responsabilidad no es cambiar las nubes en su vida. La parte que usted y yo debemos cumplir es enfrentar esas nubes y saber qué hacer con nuestros dolores y decepciones. Lo único por lo que usted y yo debemos preocuparnos, es qué hacer con esa tragedia, qué hacer con ese sufrimiento y esas decepciones, cuando lleguen.
Una vez que hemos escuchado la enseñanza de Dios, hemos comprendido que somos hijos suyos y hemos puesto nuestra confianza en Él; una vez que hemos aceptado la necesidad de tener fe en Él y en sus promesas, entonces podemos obtener la valentía que necesitamos para enfrentar la vida.
Debemos tener valor para enfrentar la vida cada día. Pero la pregunta es: "¿Cómo?" Debemos enfrentar el futuro y todos los problemas del mañana con valentía gracias a Aquel que es perfecto en conocimiento y sabiduría. Y no dejemos de reconocer que la valentía para vivir bien debe tener un buen fundamento.
Las personas que se distinguen en la vida y llegan a logros significativos, los que experimentan los mayores gozos y las más satisfactorias victorias, son las que aceptan la dificultad como un desafío y no se permiten ser atemorizadas por ella.
Haga usted lo que hiciere, no permita que las dificultades, esas nubes, lleven derrota a su vida. Permita que Dios sea el que disponga de las nubes; pero su responsabilidad, su arte, es confiar en Él.
Extracto del libro: En busca de la bendición de Editorial Peniel
Kathryn Kuhlman