20 mayo 2011

Dosis diaria - En medio de la tormenta...

Si algo me ha enseñado la vida es que somos probados por nuestras caídas y fracasos. Con esto no quiero decir que los cristianos que caen en viejos pecados y regresan al mundo están siendo probados. No, más bien hablo sobre aquellos creyentes que enfrentan un naufragio en su fe.

Pedro advirtió: “Cuidado, no sea también vosotros, siendo arrastrados por el error de los malvados, caigáis de vuestra firmeza” (2 Pedro 3:17). Pedro está alertando a los creyentes que están creciendo en santidad y quienes están dispuestos a seguir al Señor.

Algunos de ustedes pudieron haber sufrido una caída a pesar de todo el progreso que habían hecho con el Señor. Si le preguntara qué causó su caída, usted podría responder: “Hermano David, fue un ataque de ira. Fui provocado por mi propia familia y estallé. No lo puedo entender. Pensé que me estaba convirtiendo en una persona un poco más dulce, un poco más como Jesús. Pero alguien apretó el botón equivocado y perdí”. Usted puede decir: “Yo soy humano. ¿Cuánto se supone que debo aguantar?”

No importa que usted haya sido provocado o incluso que usted haya tenido la razón en esa riña. La provocación simplemente demostró que usted necesita liberación. La Escritura dice: “Toda amargura, cólera, ira, gritería [pelea], y maledicencia sea quitada de vosotros, y todo [rencor] maldad” (Efesios 4:31).

Dios va a continuar probándole hasta que usted diga: “Tengo un espíritu en mí que va a lograrlo.” Usted no verá un crecimiento en Cristo y paz en el hogar o en el trabajo, hasta que pueda decir: “Señor, tienes toda la razón, ¡saca de mi lo que tengas que sacar!”

Si usted está siendo probado en esta área o en cualquier otra según su situación, usted puede estar pensando: “Me siento tan indigno. ¿Cuánto terreno he perdido? ¿Todavía me ama El Señor?”

Amado santo, si realmente se ha arrepentido, usted no ha perdido absolutamente ningún terreno. Dios pone sus brazos amorosos a su alrededor y dice: “Yo permití que esto pasara para que veas lo que hay en tu corazón. Pero has avanzado. Has dicho que quieres caminar conmigo, y yo te estoy enseñando. Sé lo que hay dentro de ti y permitiré que seas provocado hasta que te deshagas de todo esto.”

¿Está usted siendo probado? Si es así, simplemente ore: “Señor, has puesto el dedo dentro de mí en algunas áreas, saca todo esto de mi corazón ¡Fortaléceme Señor para que no dé pasos hacia atrás sino que vaya contigo hacia adelante!”

David Wilkerson.

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