25 mayo 2011

Dosis diaria - La Parábola de los Talentos...

Pasaje clave: Mateo 25:14-30.

Aunque en el Antiguo Testamento el talento era una unidad de medida de peso utilizado entre los judíos, griegos y babilonios, la pala­bra “talento” se utiliza con frecuencia figuradamente. Así que los talentos se deben entender principalmente como dones sobre­naturales conferidos por el Espíritu Santo. De allí la doble intención al explicar Jesús este mensaje a su pueblo, ya que aunque era verdaderamente una moneda también repre­senta un don.

Según cuenta el relato, el amo dividió el dinero entre sus siervos de acuerdo a sus capacidades. Aunque los siervos fieles supie­ron qué hacer con lo que les había sido dado, había uno que no quiso abandonar sus ocu­paciones para servir a su amo. Este hombre solamente pensaba en sí mismo. Quería evi­tar riesgos para protegerse, aún al perder lo poco que tenía.

¿Puede identificarse entre alguno de estos siervos?

El Señor vendrá a arreglar cuentas con cada uno de nosotros para saber qué hemos hecho con el capital de inversión que él ha depositado en nosotros. Todos los siervos tenían capacidades para recibir los talentos que su amo les entregó. Asimismo Dios nos ha dado talentos y habilidades a todos, y ten­dremos que responder por ellos.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1º Corintios 12:11).

” Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1º Pedro 4:10).

En el mundo que vivimos no es nada senci­llo acrecentar un capital inicial. Aquellos que han hecho fortuna con poco dinero, hoy son autores de libros de gran venta. En cada uno de ellos nos enseñan las estrategias de crecimiento y desarrollo de sus empresas. Pero el Señor en Su Palabra nos dio las técnicas espirituales para desarrollar los dones que ha sembrado en nues­tra vida a su máximo potencial.

A través de la Biblia observamos ocasiones en las que Dios usa burros. En lo personal estoy muy agradecido a Él que sabe usar burros. No sé cuál es su capacidad o dónde usted define la línea de burro, burro excelente, burro inferior, burro superior; pero sí sé que un hombre que tiene un espíritu de gra­titud dice: “Señor, gracias por el talento que me diste”. Seguramente esa persona intentará sacarle el máximo provecho al talento que le fue entregado.

Algunos viven lamentándose: “Señor ¿por qué le diste el talento a él, y yo no lo tengo? Señor, ¿cómo es que haces acep­ción de personas? ¿Será que cuando llegué a la fila de los talentos ya se habían acabado?”.

A todos nos han sido dado talentos. Si usted tiene un talento, puede convertirlo en dos. Ahora, esto es lo increíble. Usted lo con­vierte en dos. Muchos están esperando que el Señor le multiplique el talento. Pero en ver­dad es Dios quien está esperando que usted, sirvo fiel, lo multiplique.

Tal vez usted cree que no cuenta con la capacidad suficiente como para trabajar el talento que Dios le ha confiado. Pero permítame contarle la historia de una niña de 10 años que me enseñó una “Lección para el corazón”.

Sara nació sin el músculo de uno de sus pies, por esa razón usaba todo el tiempo un aparato para movilizarse. Un hermoso día de primavera llegó de la escuela y le dijo a su madre que había participado en las carreras deportivas de competencia escolar. Debido al soporte que sostenía su pierna, su madre comenzó a pensar rápidamente en algo que decirle para darle valor y animar a Sara. ¿Qué cosas podría decir su madre que no la desani­maran? Pero antes que pudiera pronunciar palabra, la niña dijo: “¡Mami, gane dos de las carreras! ¡No podía creerlo!”. Y agregó: “Pero tuve ventaja”. “¡Ah!, —pensó la mamá— lo sabía. Debieron de haberla dejado salir pri­mero que los demás”. Pero una vez más, antes que pudiera responder, la niña agregó: “Mami, no me dejaron salir primero que los demás. Mi ventaja fue tener que tratar más fuerte que los demás”.

¡Qué tremenda historia! Pero qué bueno es saber que aún aquellos que creen que no tiene el talento necesario para desa­rrollar, pueden intentarlo con más fuerza y entusiasmo, y le aseguro que lo lograrán.

Extracto del libro “Cómo Desarrollar Mis Talentos”
Por Marcos Witt

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